Este primer número de la revista Dragon, además de su importancia histórica por ser el pistoletazo de salida de una publicación que, en un soporte u otro, ha acompañado a D&D hasta la actualidad, se inaugura ni más ni menos que con un artículo escrito por el propio Fritz Leiber. En él, nos habla sobre Lankhmar (o Lankmar, ya que aparece escrito de ambas formas), un juego de tablero que desarrolló allá por 1937 con su inseparable amigo Harry Fischer.
El artículo arranca al más puro estilo Leiber, en el que el autor nos cuenta las peripecias de tratar de explicar a sus propios personajes, Fafhrd y el Ratonero Gris, qué es un wargame. Después, pasa a desgranar cada una de las culturas que aparecen en sus relatos sobre Nehwon, pero haciendo una advertencia que me parece que ayuda a situar a Leiber como escritor de fantasía:
"Debe recordarse siempre que no se más sobre Nehwon que lo que aparece en mis historias. No hay volúmenes secretos de historia, geografía, etc. escritos antes de que los relatos fueran creados. Me ciño a lo que Fafhtd y el Ratonero Gris me han contado, contrastando las palabras de uno con otro, y esquivando las exageraciones y mentiras cuando debo. Y aunque mis charlas con los dos han sido gratificantes, también han sido menos de las que hubiera deseado. No he tenido en mis manos libretos de Ningauble ni pergaminos ni Srith".Es evidente que estas palabras encierran toda una declaración de intenciones y filosofía de escritura. Veinte años antes se había publicado la trilogía por excelencia del fantástico, El Señor de los Anillos, y aunque aún no había visto la luz El Silmarillion, ya eran de sobra conocidas las reuniones de los Inklings y sus teorías sobre la creación de mitologías. Pero Leiber, por decirlo de alguna manera, construye su mundo "al vuelo", sabiendo dónde empieza pero no dónde acaba. Es difícil encontrar epicismos en la literatura de Leiber y, siguiendo con la comparación con Tolkien, sus personajes están más cercanos a la cotidianidad de El Hobbit que a la grandeza de El Señor de los Anillos. Es más, las ideas de Harry Fischer son parte también fundamental de este universo de ficción, con tanta validez o más que las del propio Leiber. De hecho, en el número 18 de septiembre de 1978 encontramos un breve relato de la mano de Fischer en el que se nos añade información sobre la infancia del Ratonero Gris, y sobre el que trataremos en su momento.
A lo largo de la vida de la revista Dragon, tanto Leiber como Fischer harán su aparición en varias ocasiones, en forma de artículos y relatos. También serán otros los que hablen de ellos y su mundo. Incluso Gary Gygax, en el número 27, con fecha de julio de 1979, inaugurará una sección denominada Bazaar of the Bizarre, dedicada a la descripción de objetos mágicos, y llamada así en honor al que personalmente es el mejor relato escrito jamás por Leiber.
Mi intención es poder acercar y traducir estas aportaciones, bien en su totalidad o solo las partes más interesantes, de los números de la revista Dragon en los que aparezcan menciones a Leiber o a su obra. La conexión entre el autor y el mundo de los juegos de rol —y de D&D y Gary Gygax, en concreto—, es una faceta desconocida, pero que no deja de ser fascinante y que considero que es digna de recuperar.