martes, 17 de noviembre de 2015

Glosario de la Guerra del Cambio

Ilustración de H.R. Van Dongen para Try and change the past,
aparecido en el número de marzo de 1958 en la revista Astounding

¿Cambiar un acontecimiento en el pasado y conseguir un futuro completamente nuevo? ¿Borrar las conquistas de Alejandro dando un ligero puntapié a un guijarro neolítico? ¿Extirpar América arrancando un brote de grano sumerio? ¡Hermano, así no es como funciona, en absoluto! El continuum espacio-temporal está hecho de una materia testaruda, y el cambio lo es todo menos una reacción en cadena. Cambia el pasado e iniciarás una ola de cambios avanzando hacia el futuro, pero esa ola resulta amortiguada muy rápidamente. ¿No han oído hablar nunca de la reluctancia temporal, o de la Ley de la Conservación de la Realidad?

Try and change the past, Fritz Leiber 1958. Traducción de Domingo Santos.


Los viajes en el tiempo han sido uno de los grandes temas de la ciencia-ficción desde sus inicios. Ha salpicado libros, cómics, cine, series y videojuegos, y ha creado todo un vocabulario repleto de términos como paradoja temporal, efecto mariposa, paradoja circular, paradoja del abuelo, etc.

Buscando en listados de novelas y relatos de ciencia-ficción de la década de 1950, es sorprendente comprobar cómo se trata de un tema especialmente recurrente. Algo así como el tema de moda de la época (con perdón de la expresión). Poul Anderson, Robert A. Heinlein, Isaac Asimov y, no nos olvidemos de Ray Bradbury, todos escriben sobre el viaje en el tiempo y sus consecuencias o emplean de alguna manera el viaje temporal como motor de sus historias.

Fritz Leiber, por tanto, no inventa nada nuevo y, de alguna manera, se suma a las tendencias de la época cuando escribe El Gran Tiempo durante la segunda mitad de la década de 1950. Pero sí que encontramos peculiaridades en su ciclo que lo dotan de un carácter único: las enigmáticas facciones futuras, Arañas y Serpientes, que pelean una lucha sin fin en un futuro lejano que aún no ha sucedido, esos Lugares más allá del Cosmos donde el tiempo, el Gran Tiempo, se rige por normas más allá de nuestra comprensión, Demonios, Dobles, Espectros, Fantasmas... términos fantásticos para designar a personas cuyo tiempo ha sido robado y que han pasado a engrosar las filas de uno u otro bando, y que navegan contra las corrientes de la locura.

Y una vez más, si nos detenemos a analizar los detalles que Leiber nos desgrana en su obra, si seguimos el rastro de migas de pan, nos encontramos con una literatura muy personal, autobiográfica, en la que el autor plasma sus propias vivencias para dejar atrás definitivamente los fantasmas del alcoholismo y la depresión.

La entrada de hoy la dedico a exponer y explicar esos términos únicos que Fritz Leiber crea para el ciclo de la Guerra del Cambio y que convierten su creación en algo muy diferente a, por ejemplo, El sonido del trueno de Ray Bradbury, tal y como queda claro en el fragmento introductorio de esta entrada. Este glosario es una traducción y ampliación del que aparece en la magnífica wiki The Scrolls of Lakhmar, que me ha dado permiso para traducirlo y publicarlo. Desde aquí envío un saludo a Charles Fewlass y os invito a todos a visitar su web.

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Conservación de la Realidad: la resistencia natural del tiempo o de la historia a cambiar. Cuando se cambia el pasado, el futuro cambia solo lo justo para adaptarse.

Cosmos: el espacio-tiempo normal.

Demonio: un Doble consciente de sí mismo o despertado.

Doble o Doblemúltiple: alguien que existe con una Línea de Vida tanto en el Cosmos como fuera del Cosmos, en el Gran Tiempo.

Espectro: un Doble no consciente o no despertado.

Estación de Recuperación: un Lugar donde los Soldados pueden acudir para descanso y recuperación.

Fantasma: una mujer Espectro mantenida en las Estaciones de Recuperación para emparejarse con Soldados.

Galería: es un conjunto de pinturas y esculturas y cosas especialmente extrañas, todas ellas hechas por Soldados recuperados en un Lugar y muchas de ellas hablando de la Guerra del Cambio, puesto que están hechas con cosas pertenecientes a ella... cartuchos de cobre, fragmentos de antigua cerámica pegadas en formas futuristas, oro inca modelado por un marciano...

Gran Tiempo: el espacio-tiempo que existe fuera del Cosmos a través del cual uno puede viajar a cualquier punto del tiempo normal.

Introversión: un método de desconexión de un Lugar no solo del Cosmos, sino también del resto del Gran Tiempo. Usado también como una forma de huida desesperada.

Línea de Vida: el tiempo transcurrido entre el nacimiento y la muerte de una persona en el Cosmos. La Línea de Vida de una persona no es inmutable.

Lugar: un bolsillo en el Gran Tiempo que existe en el Vacío. Puede conectarse con el Cosmos a través de una Puerta.

Mantenedor Mayor o Principal: un dispositivo que mantiene la existencia de un Lugar dentro del Vacío. También controla la Puerta.

Mantenedor Menor: un dispositivo que mantiene todos los sistemas de soporte vital de un Lugar, incluyendo la gravedad.

Muerte del Cambio: la muerte de un Doble causado por moverse la muerte de su Línea de Vida a antes de su Resurrección.

Nonato: una persona en el Cosmos cuya Línea de Vida transcurre en el futuro.

Pequeño Tiempo: el tiempo normal.

Puerta: una conexión temporal entre el Cosmos y el Gran Tiempo.

Resurrección: el punto en el tiempo en el que un Doble es separado de su Línea de Vida. Es posible resucitar más de una vez, por lo que es posible que haya más de un Doble de la misma persona.

Sala de Expediciones: un Lugar usado para el despliegue de soldados en el Cosmos.

Vacío: el espacio entre el Cosmos y el Gran Tiempo.

Vientos del Cambio: la propagación de un cambio en tiempo real a través del tiempo real y el Gran Tiempo.

Zombie: una persona en el Cosmos cuya Línea de Vida transcurre en el pasado.

viernes, 13 de noviembre de 2015

La Guerra del Cambio

La Guerra del Cambio es quizás el segundo ciclo de relatos más famoso de Fritz Leiber, siempre a la sombra de Fafhrd y el Ratonero Gris, pero no por ello menos importante o menos evocador. Y es que, como ya he comentado alguna otra vez en este blog, Leiber es un autor que se suele asociar automáticamente a la espada y brujería, pero que también cultivo la ciencia-ficción y el terror, con tanto éxito o incluso más.

Para los que no conozcáis la Guerra del Cambio, la entrada de hoy va a estar dedicada a los dos libros en los que se comprime todo el material escrito. El más importante, El Gran Tiempo (1958) tiene el honor de haber recibido el Premio Hugo de 1958 y es el relato de mayor extensión (una novela corta).

Aunque más importante que todo esto es agradecer una vez más a José Joaquín Ramos, mente maestra de la revista de ciencia-ficción Alfa Eridani, por escribir esta reseña sobre El Gran Tiempo y Crónicas del Gran Tiempo.

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La Guerra del Cambio es un ciclo que está formado por una novela y varios relatos. La idea principal de este artículo es analizarlos brevemente.

El argumento central es que hay una guerra entre dos facciones (las Arañas y las Serpientes) cuyo objetivo preciso no se nos revela hasta muy el final de esta saga. Aún así, solo tendremos algún indicio de lo que pretenden. A pesar de ello, no sabremos cuál es la filosofía de cada una de las facciones que actúan en esta guerra.

Sepamos de momento que cada cuento, o la novela, nos revela una faceta de esta guerra. Dejando a la imaginación rellenar los huecos que faltan.




Empecemos por The Big Time (1958). En España, fue traducida por Domingo Santos como El Gran Tiempo para Adiax y publicada en 1982.

Esta obra apareció primero serializada en 1958, en la revista Galaxy, y luego se editó en libro ese mismo año. Reseñar que ganó el premio Hugo a la mejor novela de ese año.

Es un tanto difícil de leer porque está narrada en primera persona por Greta Forzane, su protagonista. Este hecho, el ser narrado en primera persona, implica que no tenemos todos los datos de la acción, tenemos la visión del narrador, por lo que se nos escamotean hechos que tendremos que deducir o que nos da a posteriori el propio narrador.

La obra está dividida en capítulos encabezados por citas de autores clásicos, entre los que se encuentran Shaskespeare y Hogdson. Obsérvese que en este par de ejemplos los autores son ajenos a la ciencia-ficción. Dejaré al lector de este artículo (y de las obras de Leiber) que deduzca si esta observación es relevante para entender la obra.

En el primer capítulo, la narradora hace una presentación del lugar donde se desarrolla la acción, valga decir un lugar fuera del tiempo y del espacio y fuera del espacio o cosmos que conocemos, un lugar fuera de lo que denomina la narradora como la Guerra del Cambio. Fuera de ese lugar se sufren cambios en la personalidad y en lo que podríamos denominar la línea de tiempo del sujeto que padece ese cambio. Todos, y esto es explicación mía a un artículo de física que leí hace tiempo, tenemos una línea de tiempo en la que podemos decir que figura nuestro pasado y nuestro futuro. Evidentemente, solo tenemos recuerdo de nuestro pasado, pero no de nuestro futuro porque nos es imposible ver nuestro futuro. Esta línea de tiempo se ve afectada, alargándose o acortándose según los casos, por esta guerra.

Greta Forzane y sus compañeros de estación tienen como misión primordial procurar descanso espiritual a los soldados de este guerra. Se les supone tan estresados que necesitan el Lugar, así lo llama la protagonista, para que olviden sus cuitas. La misión secundaria es sanarles el cuerpo, no en balde es una guerra y en toda guerra hay heridas físicas.

Este Lugar es inatacable por los archienemigos de la arañas; a saber, las serpientes, porque existe un proceso llamado introversión que cierra a cal y canto la también conocida como Estación de Recuperación. Lo habitual es que se haga desde dentro, y la única forma de revertir este proceso desde fuera es por un comando de rescate Araña. Un pequeño spoiler antes de pasar a la siguiente obra: el drama se inicia cuando comienza un proceso de introversión sin que se sepa la causa aparente.

Otras opiniones sobre esta obra se pueden encontrar en:
http://www.loa.org/sciencefiction/appreciation/gaiman.jsp (La opinión de Neil Gaiman al respecto. Está en inglés).

Ilustración de portada de Salinas Blanch, que con su estilo único y personal
dotó a la colección Super Ficción de Martínez Roca de un encanto característico


Los cuentos pertenecientes a este ciclo han sido publicados en Crónicas del Gran Tiempo, publicado en España primero por Martínez Roca (1984) y después por Orbis (1985), siendo en ambos casos la traducción y prólogo de Domingo Santos. Dos de estos relatos, La mañana de la condenación y El soldado más veterano, ya habían sido publicados previamente en La mente araña (1978), también de Martínez Roca, pero son incluidos de nuevo en este volumen.

Tocan una gran variedad de temas, todos ellos relacionados con las distintas facetas de la guerra del cambio. Quien quiera descubrir por sí mismo lo que narran pueden saltarse los comentarios que hago de ellos porque se pueden considerar como spoilers. Cierto que no cuento gran cosa, pero tal vez quite el elemento sorpresa.

Intenta Cambiar el Pasado (Try and Change the Past, 1958) es un excelente cuento en el que se narran las dificultades que hay para cambiar el pasado. Se le puede considerar un relato hard porque justifica estás dificultades. Señalar que no es ultrahard y estás explicaciones no interrumpen la acción, sino que la amenizan.

Un Escritorio Lleno de Chicas (A Deskful of Girls, 1958) narra el supuesto proceso por el cual se pueden extraer las chicas fantasmas, esas que aparecen en El Gran Tiempo, de su cuerpo original. Señalar que el proceso es llevado por un personaje que no es ni Araña, ni Serpiente. A pesar de tener elementos científicos, e invenciones nuevas, es más un relato de novela negra. Señalar que tanto la primera vez que lo leí como en esta no me divertí. Tal vez porque lo considero un relato de novela negra.

La Mañana de la Condenación (Damnation Morning, 1959) nos relata el modo de actuar de las Arañas y las Serpientes a la hora de captar a los agentes que lucharán en la Guerra del Cambio. Para mí, es excelente.

El Soldado Más Veterano (The Oldest Soldier, 1960) es un cuento lovecraftiano por sus influencias, a la vez que de ciencia-ficción. Nos narra uno de esos peligros a los que los soldados están expuestos. A veces, quedan varados en una época determinada y deben esperar a que sean recatados. Mantiene muy bien la emoción y el horror de una situación desesperada. También excelente.

No Es una Gran Magia (No Great Magic, 1963). Es un relato difícil de leer porque está narrado en primera persona y parece un largo monólogo, especialmente la primera parte, en el que apenas sí tenemos datos de lo que está sucediendo. Según avanza el relato aparecen los diálogos y nos vamos enterando algo más de lo que trata este cuento: una operación de campaña de las Arañas para sustituir a la Reina Isabel I de Inglaterra.

Cuando Soplan los Vientos del Cambio (When the Change-Winds Blow, 1964) me ha recordado a los cuentos de Crónicas Marcianas de Ray Bradbury, porque se desarrolla en Marte y tiene un cierto aire enigmático. Pretende reflejar los efectos mentales de un cambio temporal en un humano dedicado a la exploración de dicho planeta. Lo considero regular.

Movimiento de Caballo (Knight to Move, 1965) es un cuento excelente que narra el modo de actuar de las Serpientes y las Arañas en el plano espacial. Está protagonizado por una agente Araña y un agente Serpiente y se nos explica cuál es el objetivo real de la guerra. Hasta aquí se debería leer porque en este relato se insinúa cual es el objetivo de cada una de las facciones: dominar el espacio y el tiempo sin que haya lugar para sus archienemigos.

martes, 3 de noviembre de 2015

El Gran Tiempo: Una introducción (1982) - Parte II

Ilustración de Virgil Finlay para la publicación de The Big Time 
en la revista Science Fiction Galaxy (marzo-abril 1958)


Segunda parte de la traducción del prólogo de Fritz Leiber para la edición de 1982 de su novela El Gran Tiempo. El autor nos cuenta cómo fue la creación de los personajes y ahonda en esa perspectiva de primera persona intensificada, heredera del escritor irlandés Joyce Cary. Podéis encontrar la primera parte de la traducción aquí.

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Para mantener el peso en unos pocos individuos, construí la historia en un escenario, un pequeño área de descanso y recreo regentado por animadores que también eran terapeutas —algunos de ellos terapeutas sexuales, un concepto que resultaba más novedoso allá en 1956 y comienzos de 1957, que fue cuando escribí esta novela corta (exactamente en cien días desde las notas iniciales al último tecleo de máquina de escribir). Las palabras fluían rápidas y con soltura para mí —cuando empiezo a escribir de manera fonética ("I" en vez de "eye", intercambiando "to", "too" y "two"), sé que estoy en caliente—  aunque rara vez superaba las mil palabras diarias. Probé el experimento de empezar el día escuchando música y esta vez funcionó. Las piezas eran la Novena Sinfonía y la sonata para piano Patética, de Beethoven y la Inacabada de Schubert. El libro está también vinculado a las canciones "Gentlemen Rankers" y "Lili Marlene", y a veces escuchaba esas también. (La única cita que me perseguía y que finalmente no apareció en el libro fue de una canción de Noel Coward, "We're all of us just rotten to the core, Maud").

La trama estaba creada. Mis desilusionados soldados tratarían de dimitir de la guerra y establecer una pequeña utopía, como Espartaco y sus gladiadores, para descubrir después que no podían, "porque no es posible licenciarse de la guerra" —otro familiar predicamento humano.

Para dramatizar los efectos del viaje temporal, la ciencia-ficción suele asumir que si fueras capaz de viajar hacia atrás y cambiar un evento crucial, el futuro quedaría alterado por completo —como en la gran novela de Ward Moore, Bring the Jubilee, en el que los sudistas asedian a los unionistas y ganan la Batalla de Gettysburg y la Guerra Civil (y después la pierden de nuevo, desgarradoramente, cuando el héroe vuelve al pasado e inintencionadamente modifica la misma circunstancia). Pero eso no se habría amoldado a mis propósitos, así que asumí una Ley de la Conservación de la Realidad, que el pasado se resiste a cambiar (reluctancia temporal) y tiende a regresar a su viejo camino, y que tendrías que regresar al pasado y hacer muchos pequeños cambios, a menudo una y otra vez, antes de que pudieras obtener un gran cambio —quizás el equivalente a una reacción atómica en cadena. Sigue pareciéndome una suposición plausible, que refleja la tenacidad de los eventos y la dificultad por lograr algo de significado real en este cosmos —una medida de la fuerza de los poderes que son.

La energía que generé escribiendo esta novela de la Guerra del Cambio de las Arañas y las Serpientes (que es como llamé a los dos bandos, para mantenerlos misteriosos y desagradables, como lo son siempre los grandes poderes, inescrutables y feos), se desbordó en un punto para crear otros dos relatos cortos, "Intenta cambiar el pasado" y "La mañana de la condenación", y más tarde en otros dos, "El soldado más veterano" y "Movimiento de caballo", pero no fue hasta 1963 que escribí una novela corta con casi todos los mismos personajes, "No es una gran magia", donde mis animadores se habían vuelto una compañía de teatro ambulante representando obras, la mayoría de un solo pase, a través del tiempo y el espacio, y bajo esa tapadera realizando pequeños cambios en el tejido del tiempo, mordisqueando como ratoncillos en los cimientos mismos del universo —ahora eran soldados además de animadores. Una representación anacrónica de Macbeth para Isabel I y para el propio Shakespeare liga la historia y le dota de unidad dramática, mientras que tuve que dar amnesia a Greta Fontane para que pudiera aprender sobre la Guerra del Cambio de nuevo.

La historia me permitió tomar inspiración de mis experiencias como actor shakespeareano y (una vez planeado —comenzó como un cuento moderno de una muchacha agorafóbica que literalmente vivía en un camerino, sin nada de Guerra del Cambio ni ciencia-ficción en su origen) se escribió particularmente rápido —diez días, por lo que recuerdo.

Todavía sigo intentando escribir la secuela de ese relato —y todavía guardo la esperanza de lograrlo algún día; al menos es uno de mis penúltimos proyectos.

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Sin duda es una lástima que nunca se cumpliera el deseo de Fritz Leiber de continuar con la Guerra del Cambio. Es una pena también que nadie se haya animado aún a publicar un tomo que recopile tanto El Gran Tiempo como el resto de relatos, ahora mismo disponibles en castellano solamente a través del mercado de segunda mano. Algún día, quizás...