martes, 21 de julio de 2015

Leiber y la revista Dragon

A fecha de junio de 1976, aparecía por primera vez en las tiendas especializadas de EEUU una revista publicada por TSR Hobbies Inc cuya misión era "publicar la mejor revista dedicada a Espada y Brujería, Fantasía, Ciencia Ficción y Juegos de rol". No en vano, TSR era la empresa formada por Gary Gygax, veterano de los wargames y creador —junto a Dave Arneson— de la revolución de los juegos de mesa: el primer juego de rol, Dungeons & Dragons (D&D).

Este primer número de la revista Dragon, además de su importancia histórica por ser el pistoletazo de salida de una publicación que, en un soporte u otro, ha acompañado a D&D hasta la actualidad, se inaugura ni más ni menos que con un artículo escrito por el propio Fritz Leiber. En él, nos habla sobre Lankhmar (o Lankmar, ya que aparece escrito de ambas formas), un juego de tablero que desarrolló allá por 1937 con su inseparable amigo Harry Fischer.



El artículo arranca al más puro estilo Leiber, en el que el autor nos cuenta las peripecias de tratar de explicar a sus propios personajes, Fafhrd y el Ratonero Gris, qué es un wargame. Después, pasa a desgranar cada una de las culturas que aparecen en sus relatos sobre Nehwon, pero haciendo una advertencia que me parece que ayuda a situar a Leiber como escritor de fantasía:

"Debe recordarse siempre que no se más sobre Nehwon que lo que aparece en mis historias. No hay volúmenes secretos de historia, geografía, etc. escritos antes de que los relatos fueran creados. Me ciño a lo que Fafhtd y el Ratonero Gris me han contado, contrastando las palabras de uno con otro, y esquivando las exageraciones y mentiras cuando debo. Y aunque mis charlas con los dos han sido gratificantes, también han sido menos de las que hubiera deseado. No he tenido en mis manos libretos de Ningauble ni pergaminos ni Srith".
Es evidente que estas palabras encierran toda una declaración de intenciones y filosofía de escritura. Veinte años antes se había publicado la trilogía por excelencia del fantástico, El Señor de los Anillos, y aunque aún no había visto la luz El Silmarillion, ya eran de sobra conocidas las reuniones de los Inklings y sus teorías sobre la creación de mitologías. Pero Leiber, por decirlo de alguna manera, construye su mundo "al vuelo", sabiendo dónde empieza pero no dónde acaba. Es difícil encontrar epicismos en la literatura de Leiber y, siguiendo con la comparación con Tolkien, sus personajes están más cercanos a la cotidianidad de El Hobbit que a la grandeza de El Señor de los Anillos. Es más, las ideas de Harry Fischer son parte también fundamental de este universo de ficción, con tanta validez o más que las del propio Leiber. De hecho, en el número 18 de septiembre de 1978 encontramos un breve relato de la mano de Fischer en el que se nos añade información sobre la infancia del Ratonero Gris, y sobre el que trataremos en su momento.

A lo largo de la vida de la revista Dragon, tanto Leiber como Fischer harán su aparición en varias ocasiones, en forma de artículos y relatos. También serán otros los que hablen de ellos y su mundo. Incluso Gary Gygax, en el número 27, con fecha de julio de 1979, inaugurará una sección denominada Bazaar of the Bizarre, dedicada a la descripción de objetos mágicos, y llamada así en honor al que personalmente es el mejor relato escrito jamás por Leiber.

Mi intención es poder acercar y traducir estas aportaciones, bien en su totalidad o solo las partes más interesantes, de los números de la revista Dragon en los que aparezcan menciones a Leiber o a su obra. La conexión entre el autor y el mundo de los juegos de rol —y de D&D y Gary Gygax, en concreto—, es una faceta desconocida, pero que no deja de ser fascinante y que considero que es digna de recuperar.

viernes, 10 de julio de 2015

Leiber en castellano (Parte I)

Como os contaba en la entrada de presentación de este blog, mi primer encuentro con Fritz Leiber fue en la antigua Librería Oroldi de Algorta, Bizkaia. Esta librería estaba situada justo enfrente de otra tienda mítica de la zona, Hobbies Guinea, santuario de juguetes, juegos de rol y miniaturas de plomo de aquella época dorada que fue los primeros años 90 (ésta aún sigue en activo, aunque se dedica en exclusiva a modelismo desde hace unos años).

Justo a la entrada de la Librería Oroldi, en una estantería a mano derecha, estaban los libros de fantasía, ciencia-ficción y terror, precisamente junto a los juegos de rol. Aunque esté mal que lo diga, me gustaban aquellos libros porque tenían unas portadas de las que molan. ¿Que por qué me decidí por Leiber? No lo recuerdo con exactitud, pero me imagino que porque estaba metido de lleno en los juegos de rol de fantasía (El Señor de los Anillos y Rolemaster, sobre todo) y porque había bastante literatura del género en casa. Mi hermano mayor estaba enganchado a la Dragonlance y también era un jugador de rol muy activo.



Acabé comprándome Espadas y demonios de la editorial Martínez Roca y empecé mi tórrida relación con su colección Fantasy de libros amarillos de fantasía. Lo que más me atrajo es que no era un libro muy tocho, en comparación con las colecciones de Timun Mas, y que estaba compuesto por relatos cortos. Además, en cada libro aparecía una breve descripción de cada relato, escrito con ese estilo Leiber que te deja con ganas de querer saber más.

Por eso, esta primera parte de una serie de entradas dedicadas a recopilar las obras de Fritz Leiber que se han traducido al castellano y sus distintas ediciones, quiere servir de pequeño homenaje a Martínez Roca y su labor por introducir la fantasía, ciencia-ficción y terror en este país. No fueron los primeros en traducir a Leiber al castellano (ese mérito se lo debemos a la colección Galaxia de la editorial Vértice, que publicó el recopilatorio Nave a las estrellas en 1965), pero han sido sin duda alguna la editorial que más obras suyas ha puesto a nuestra disposición.

Como datos curiosos, todas las portadas están realizadas por un joven Luis Royo, que aún no había pulido del todo su talento, pero que ya apuntaba maneras. Quizás es percepción mía, pero alguna de las portadas me recuerdan al estilo clásico de Larry Elmore para TSR. La única pega, que entran dentro de la categoría de "portadas que no tienen nada que ver con el contenido del libro". Vamos, que cada lector deberá imaginarse su propia versión de Fafhrd y el Ratonero Gris, porque las ilustraciones no nos van a dar ninguna pista.

En cuanto a la traducción, todos los textos están traducidos por Jordi Fibla. Desde mi punto de vista, un trabajo con mucho gusto, muy bien realizado. Además, al mantenerse como traductor de toda la saga de Lankhmar, añade una coherencia interna a todo el conjunto que, la verdad, se agradece.

Cuando todo el tema del rol y de la fantasía en general cayó en picado a mediados de los 90, las colecciones de Martínez Roca no tardaron en sufrir los efectos. Fue una lástima tener que vivir este retroceso, ya que es innegable la labor que realizó de introducir y expandir estos géneros en España. Todavía hoy, estos libros de colores chillones que a nos descubrieron a muchos tanto a Leiber, como Moorcock, Zelazny o Howard, tienen una vida más que digna, aunque en mercadillos de segunda mano y webs de coleccionismo.

Para los que queráis completar las descripciones de los libros, las imágenes de las portadas que cuelgo a continuación enlazan con su respectiva ficha de La Tercera Fundación.











02-Espadas y demonios-Fritz Leiber-Portada08-Espadas contra la muerte-Fritz Leiber-Portada16-Espadas entre la niebla-Fritz Leiber-Portada21-Espadas contra la magia-Fritz Leiber-Portada25-Las espadas de Lankhmar-Fritz Leiber-Portada28-Espadas y magia helada-Fritz Leiber-Portada33-La hermandad de las espadas-Fritz Leiber-Portada

miércoles, 1 de julio de 2015

Lovecraft y Leiber

Es de sobra conocido que H.P. Lovecraft, padre de los Mitos de Cthulhu y genio indiscutible del pulp, mantuvo correspondencia con otros escritores de la época, como Robert E. Howard, Robert Bloch o Clark Ashton Smith, hasta formar el denominado Círculo de Lovecraft. Si hay un factor común en la extensísima (más de 100.000 cartas, según su biógrafo L. Sprague de Camp) cadena de cartas que mantuvo con unos y otros es su cercanía y amistad, que contrasta con el arquetipo de solitario e introvertido que persiguió al autor hasta el fin de su corta vida.

Como podréis intuir, Lovecraft también mantuvo una intensa correspondencia con Fritz Leiber; pero no solo con él, sino también con su primera esposa, Jonquil Leiber. De hecho, fue ella la que, viendo que por mucho que animara a su tímido marido, no se decidía a dar el paso, envió la primera carta al genio de Providence.

Por suerte, las cartas que recibiera el matrimonio Leiber desde el 2 de noviembre de 1936 hasta el fallecimiento de Lovecraft unos meses más tarde (15 de marzo de 1937) han sido conservadas y también publicadas en el libro "Fritz Leiber and H.P. Lovecraft: Writers of the dark", editado por Ben J.S. Szumskyj y S.T. Joshi para Wildside Press.



Me gustaría compartir con vosotros un fragmento de la carta que recibiera por respuesta Jonquil Leiber:

Querida Mrs. Leiber:—
[...] debo darme prisa en decir cuan grato me resulta saber de la amable opinión que usted y su esposo mantienen de mis esfuerzos literarios. Mi placer es aún mayor por la admiración que siempre he sentido por el trabajo de su suegro. A principios de siglo, tuve la oportunidad de verle actuar muchas veces en las compañías [de teatro] de Mr. Robert Mantell, interpretando a Horatio, Iago, Mercutio, Bassanio, Edmund y Faulconbridge, y de maravillarme en su alegre mezcla de tradicionalismo clásico con las técnicas más moduladas y refinadas del presente. Su Faulconbridge es para mí inolvidable... [...]
[...] Me complace profundamente saber que [Fritz Leiber, Sr.] tiene un hijo que continúa su tradición y descubrir que ese hijo ve mis propios intentos fantásticos con tan buenos ojos. [...]

En las sucesivas cartas, tanto a Fritz Leiber como a Jonquil Leiber, se sigue notando esta admiración profunda por las obras de teatro de su padre. Desde mi punto de vista, es una manera de comenzar una relación de amistad de lo más fascinante.